El Payaso, Marcos Vidal (acordes)

Autor: Anónimo | 30772 visualizaciones

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Intro:
         X2            X2
e:--3-1-0----------3-1----------
B:--------3-1----------4-3-1----
G:------------------------------
D:------------------------------   X2
A:------------------------------
E:------------------------------

F               C             Bb9        F
Era capaz de hacer a un niño reir, sin parar
A7sus4             A7         Dm                 Em7
tenia ocurrencias tan geniales, solo el era capaz
Dm       Dm/C   Dm/B         Bb7/9             Em7
la cara pintada de colores y en su mano un violín
      Bb    Am7   Gm7          F      D7
que sonaba mas o menos pero hacia reir
Bb9                      C2             F
Y el caso es que en el fondo era un infeliz,
 Bb9           D#9      A7         D7
le parecía ridículo pintarse la nariz,
 Bb9         C9            F
lucía mucho más un salto mortal
      E     Bb           F
y él quería ser equilibrista
     Gm          Dm      Bb9
y oír sobre la pista ovaciones
     C9           F
en vez de tanto reír.

Nunca supo asumir su posición, sin darse cuenta
que hacía feliz a tantos en su papel de cenicienta.
Que si un día faltase en el circo llegaría a su fin
que nunca sería el mismo sin su violín.
Pero él seguía empeñado en ser infeliz,
se veía tan ridículo pintada la nariz,
soñaba todavía con el trapecio,
pretendía ser equilibrista
y oír sobre la pista ovaciones
en vez de tanto reír.

Fue una mañana blanca, invernal, tras el ensayo,
no pudo resistirlo mas, se subió en el travesaño,
y al verse en la altura sintió subirle el vértigo hasta la nuez,
y no habían puesto mallas la ultima vez
apenas sintió nada cuando cayó,
el domador, que regresaba, fue el primero que le vio.
Logro salvar la vida y un mes más tarde le dijeron:
"Todo ha terminado, el circo ha cerrado,
ya no venían niños a la función."

Hoy vive retirado en algún lugar, en las afueras,
pegado día y noche a su silla de ruedas,
parece que ha terminado aceptándose por fin,
que incluso algunas veces toca el violín.
Diez niños le visitan y le hacen feliz,
cuando les ve llegar a lo lejos, se pinta la nariz.
Y cuando alguno se burla con desprecio, él contesta:
"Sería un miserable, sería yo el culpable,
si no cumpliese la misión que recibí.
Porque aunque fui un fracaso,
soy de profesión payaso,
no me juzgues mal, Dios me hizo así".





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